viernes, 5 de febrero de 2021

"ORDESA" Y "ALEGRÍA" 

Manuel Vilas


Voy a incluir ambas obras en una misma reseña ya que una es prácticamente una continuación de la otra a pesar de que, por supuesto, puedan leerse por separado.
No había leído nada anterior de este escritor a pesar de que más o menos conocía su trayectoria. Me animé a comprar "Ordesa" tras una entrevista que oí a raíz de su publicación y me interesó el tema que trataba. Este libro se publicó en 2018 y un año después publicó "Alegría" la cual acabó convirtiéndose en Premio Planeta de ese mismo año.






AUTOR

A Manuel Vilas se le ha situado como uno de los mejores poetas de su generación. Pero, además de poesía ha escrito también narrativa y ensayo y ha colaborado en diversos periódicos.
Es licenciado en Filología Hispánica y vive a caballo entre Madrid y Iowa.





TEMÁTICA

A pesar de que ambos trabajos tienen apariencia de autobiografías, también introduce elementos ficticios que le van sirviendo para ir reflexionando acerca de cuestiones relevantes de su propia intimidad o incluso de misterios de la vida que terminan por convertirse en temas universales. Así, surgen temas como: la relación entre padres e hijos, el estado de orfandad, relaciones de pareja...dando incluso un repaso por la España de las últimas décadas.
De ahí que no sea una novela al uso; supone una serie de reflexiones íntimas, muchas de las cuales, terminan convirtiéndose en reflexiones filosóficas.
Así como en "Ordesa" se centra en la relación que ha mantenido con sus padres, en "Alegría" se vuelca más en la relación con sus dos hijos (sin abandonar el tema anterior).
Lo llamativo de ambas es que, mientras los estás leyendo, te das cuenta de que no son solo las reflexiones del narrador sino que se convierten en reflexiones que todos, a una cierta edad, nos hemos hecho. En realidad, no aporta nada nuevo ya que todos somos hijos de nuestros padres y padres de nuestros hijos y que, tanto unos como otros, tienen sus propias vivencias, sus sueños, decepciones y experiencias que les hicieron ser lo que son o han sido. No se observa un estilo idealizado ni tampoco ha pretendido edulcorarlo, es más, se muestran pensamientos y situaciones un tanto duras en ocasiones (sin faltar por ello un gran sentido del humor).
A su vez, te das cuenta de que Vilas refleja una mirada comprensiva y sin reproches hacia el pasado llegando incluso a perdonarse a sí mismo.
Es, por tanto, la obra más íntima del autor "compuesta a partes iguales de culpa, rabia y perdón" como la calificó Ignacio Martinez de Pisón. 

SINOPSIS

Puede decirse que "Ordesa" es un libro de memorias. Desde un estado de orfandad, va recordando cómo fue la vida con sus padres. También introduce aspectos de su vida relacionados con el alcoholismo, el cual terminó con su primer matrimonio. En cuanto a la relación que mantiene con sus hijos se ve reflejada en "Alegría"
De ahí que ambos libros compongan, en cierto modo, una autobiografía anímica del autor.
He apreciado en ambas, yo creo que sin él pretenderlo, una constante negatividad en la relación con sus padres. Es más, creo que termina por convertirse en una obsesión ya que, a pesar de que, como ya he dicho "Alegría", pretende centrarse en las complejas relaciones con sus hijos ya adolescentes e incluso adultos, no deja de lado, y remite con mucha insistencia, a la muerte de sus progenitores. Como una especie de sentimiento de culpa. No sé si realmente será así, pero lo fui percibiendo de ese modo.

Desde luego que pueden leerse por separado pero es verdad que ciertos aspectos los incluye en ambos. Así, ya en "Ordesa" nos da motivos para sentir alegría como cuando escribe acerca de su primer piso de alquiler de estudiantes en Zaragoza.

LOS OBJETOS

Me gustaría señalar que la mayoría de objetos que van apareciendo a lo largo de la novela, muchos de ellos, están cargados de una gran simbología. Así, por ejemplo, en una ocasión el narrador se recrea con una bata que su padre le lleva a Zaragoza una vez que va a visitarlo en su época de estudiante. Esta bata simboliza la gran ternura y el amor que su madre ponía cada vez que le preparaba la maleta.

TEMAS Y REFLEXIONES

Voy a ir señalando los que, a mi parecer, son los ejes temáticos que van vertebrando ambas novelas.

La paternidad: Este se convierte en el tema fundamental de ambas. El narrador llega a afirmar que esta anula cualquier duda, ya que, a la hora de morir por un hijo, no dudamos ni un instante.
"Recibir la bala por otro sin que te importe esa es la mayor grandeza que puede depararte la vida".
" La maternidad y la paternidad son las únicas grandezas. Todo lo demás casi no existe."
En "Alegría" queda claro esa especie de imán que le lleva constantemente a la búsqueda de su madre. El protagonista está en continuo movimiento, va viajando de hotel en hotel, sin sentirse del todo cómodo, está obsesionado, incluso llega a cambiarse de habitación en una ocasión. Por tanto, se halla en continua búsqueda. Busca ese lugar de protección máxima que podría ser el útero materno. Él mismo se da cuenta, tras afirmarse en su condición de huérfano.
"La relación entre una madre y un hijo tiene una fuerza energética capaz de hacer frente a todos los desarrollos tecnológicos(...) se posa la energía de Dios".
"Todo cuanto viviste al lado de tu madre tiene más interés que todo lo que te ha de venir".
Cuando para, es cuando se da realmente cuenta de quién es y de que es ésta la única forma de superar los miedos. No huyendo continuamente.

El matrimonio: El narrador lo valora enormemente. Él mismo afirma que procede de un matrimonio (como la mayoría de personas de 56 años como él).
Admira esa vinculación tan fuerte que tenían sus padres y le sorprende que las personas no hablen más de sus matrimonios, ya que, estos suponen el motor de dos vidas, mientras que, por el contrario, sí que nos prestamos a hablar de cosas mucho más banales.
"Debería bastar con estar casados, pero alguien decretó que eso no bastaba".

El divorcio: El autor también pasa por un divorcio. Me ha llamado especialmente la atención el pasaje en el que reflexiona acerca del divorcio como la desaparición de un idioma. Esto es algo enternecedor porque cuando lo piensas te das cuenta de que es cierto, que cada pareja establece un código verbal que solo conocen ellos, crean su propia lengua y cuando estos se separan, esa lengua también desaparece, y se crea otro nuevo cuando se tiene otra pareja.
Él recuerda los silbidos que inventó su padre como una contraseña que él y su madre tenían para buscarse entre la multitud.

El alcoholismo: Éste fue una de las causas de la ruptura de su primer matrimonio. El autor se sincera narrando cómo logró salir de él y añade duras afirmaciones acerca del tratamiento que nuestro país da a estos enfermos.
España no considera al alcohólico como un enfermo, muy al contrario, facilita el hecho de que puedan a caer en la bebida. Incluso llega a decir que los españoles somos personas que disfrutamos viendo caer a la gente.
"entre nosotros no somos buenos y nos acuchillamos".

La injusticia lingüística: Me ha parecido de lo más esclarecedora la reflexión que añade acerca del concepto que los españoles tenemos de la lengua inglesa y lo que la sobrevaloramos. Estoy totalmente de acuerdo con las ideas que va aportando. Considero que es una visión sobre dicho idioma totalmente opuesta al uso práctico que, en la mayoría de las veces, se hace de él. Encumbramos o degradamos a una persona dependiendo del grado de conocimiento que tiene del inglés y, como consecuencia, la injusticia que cometemos con nuestro propio idioma.
"Ningún recepcionista en España encontraría un empleo en un hotel hablando solo español en cambio en EEUU sí lo encuentra hablando solo inglés".
Incluso incluye la anécdota de Rajoy del cual nos reíamos porque no sabía inglés y en cambio los estadounidenses, no. "Solo un pueblo de cabreros puede reírse de alguien por ese motivo".
Habla incluso de que el inglés ha llegado a encasillar a las personas en clases sociales: los que han podido acceder a él y los que no.
A mi parecer, este mal uso del bilingüismo en nuestro país que se ha impuesto en los centros educativos, no ha hecho nada mas que desvalorizar nuestra propia lengua (pero esto ya es harina de otro costal).
A modo de ironía incluye las palabras del gran lingüista Saussure el cual decía en su "Curso de lingüística general" que nuestras lenguas son solo canciones, sonidos arbitrarios como el piar de los pájaros.

Reflexiones filosóficas: Una de las reflexiones de este tipo que más me ha gustado es una que surge a raíz del visionado de una fotografía de su padre cuando era joven. "No recuerdo cuándo se tomó esa foto. Lo que sí sé es que ha cambiado completamente. Todos lo hacemos y sin embargo, poseemos el mismo nombre". Incluso el autor añade lo que el gran Quevedo afirmó respecto a esto: "somos presentes sucesiones de difuntos".
Ambas me parecen reflexiones muy interesantes que me recuerdan a una entrevista realizada al escritor y profesor de Historia de las Ideas, Alejandro Gándara, el cual dice que debemos ser conscientes de que, a lo largo de nuestras vidas, y sin darnos cuenta, ya tenemos experiencia de la muerte. Ya no habita en nosotros el niño y adolescente que éramos. A pesar de que, en la actualidad, esa adolescencia parece querer durar eternamente, debemos ser conscientes de su desaparición para dar paso a otra etapa.
Muchos dirán (a modo Parménides) que continúa existiendo un sustrato y que ese niño todavía permanece en mí....pero eso ya es harina de otro costal.

España: En ambas obras se hace un repaso por la España de las última décadas. Se van incluyendo, a modo de pinceladas, sucesos como cuando deja caer que en esos años, refiriéndose a 1983, todos los días moría alguien, haciendo así mención a la banda terrorista de ETA: "En España todos los días morían Guardias Civiles".
También hace mención a personas como: Adolfo Suárez o la familia Real (con quienes asiste a una cena).
Acerca de los españoles, el narrador afirma que son: "maravillosos, trabajadores, y entregados, talentosos y capaces, honestos y brillantes, vitales y emprendedores; sus políticos, en cambio, son vagos". Incluye, además diciendo que la clase política nos chupa la sangre y que por ello: "así va el país". 
También en "Alegría", al final del libro, transmite una visión del ciudadano español un tanto dura. Estando en Colliure, visitando la tumba de Antonio Machado, utiliza la figura de éste como un símbolo de esa España del odio: "porque España es un país que nos abruma. España es insistente, trágica y con gente siempre metida en el odio, tenga ese odio el origen que tenga".
Reconoce que, ni la España franquista ni la monárquica, aportó nada a sus padres y habla de la derecha como algo eterno: "como la catedral de Burgos". Ambas ideologías quedan hermanadas por la codicia y es la codicia del hombre lo que lleva al capitalismo. 
Esto me recordó al filósofo Rafael Argullol el cual incluso escribió un Alegato contra la codicia. Para él es lo peor del ser humano.


Música: Ya el propio Vilas se reconoce como un melómano. Según cuenta, a los doce años le regalaron su primer tocadiscos, lo que supuso un encuentro con la música como algo sanador. De ahí que en ambas novelas, todos los miembros de su familia tengan, además, un pseudónimo de un célebre músico; así, sus hijos Valdi (Vivaldi) y Bra (Brahams), su mujer Mo (Mozart), su padre Bach y su madre Wagner. De esta forma el espíritu de cada uno tiene algo que ver con las características de la música de cada compositor.
Él mismo reconoce en una entrevista hecha en Los conversatorios en la casa de América, que son estas las músicas que suenan en su cabeza cuando los ve.
Incluso me hace gracia cómo el hecho de que las tres generaciones hayan sido autónomos, lo compare también con la música. "Los tres formamos parte de una cadena laboral, incluso musical, porque ser autónomo es como estar en la intemperie salarial, es como vivir de la música."   

 




TÍTULOS

Ordesa nos remite a un Parque Nacional aragonés, situado en la provincia de Huesca, donde nació y vivió Manuel Vilas con sus padres, hasta que se fue a Zaragoza a estudiar. Ese tono amarillento de la portada remite a ese tono melancólico mas propio de la primera novela que de la segunda.
Para Vilas, la alegría es la única forma de vencer todos los miedos. Trata de reivindicarla como sentimiento que hemos dejado en un segundo plano. Según él mismo: "La alegría es más anárquica e indescifrable que la felicidad". En cambio, la felicidad está más de moda (como claramente se aprecia en las redes sociales). Para él la alegría es mejor que la felicidad. Es más misteriosa y menos pactada.
Como en "Ordesa", "Alegría" es de naturaleza autobiográfica pero ésta última la transforma adoptándole un aire más novelesco. El narrador termina por convertirse en un personaje cuyo antagonista será Arnold, el cual representa los miedos, las frustraciones, fracasos, depresión...Arnold se encargará constantemente de recordarle que la alegría no existe y por ello el propio narrador intentará hacerlo desaparecer a través de una serie de herramientas como la familia y los viajes.
Ya de adolescente, comienza a sufrir ataques de ansiedad y será su propia madre la que lo lleve al médico y comience a tomar antidepresivo. Es aquí cuando entra en escena Arnold Shönberg, el creador del dodecafonismo (el ruido contemporáneo). Arnold es ese ángel de la melancolía que, de vez en cuando, llama a la puerta de su mente.

Aún así, en ambas, la figura de sus padres continúa siendo una constante, ya que va intercalando sus experiencias vitales antes y después de la muerte de ambos.


CONCLUSIÓN

A pesar de que son dos novelas que me han gustado, no las recomendaría a la ligera. No considero que sean para cualquier paladar. Se ve en ambas un lirismo y tono melancólico que a lo mejor no son del gusto de todos pero es innegable que invitan a la reflexión. Todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos tratado de desvelar la imagen que tenemos de nuestros padres e incluso la que creemos que ellos tienen de nosotros.
Además, deja clara constancia de ese amor incondicional de padres a hijos hasta el final de sus días.
En "Ordesa" incluye al final del libro una serie de poemas de los cuales me ha gustado especialmente uno, cuyo título, remite al número de teléfono de la casa de sus padres, el cual ha sido siempre el mismo. Este será un número que, tras la muerte de su madre, no volverá a ver reflejado en la pantalla de su móvil. Me recuerda a esas llamadas que cada mañana recibo de mi propia madre. Llamadas que también adquieren un cáriz de preocupación si no se contestan al momento.


" Ojalá pudiera medirse el dolor humano con números claros y no con palabras inciertas. Ojalá hubiera una forma de saber cuánto hemos sufrido, y que el dolor tuviera materia y medición. Todo hombre acaba un día u otro enfrentándose a la ingravidez de su paso por el mundo. Hay seres humanos que pueden soportarlo, yo nunca lo soportaré."

"Ordesa"

"Todo aquello que amamos y perdimos, que amamos muchísimo, que amamos sin saber que un día nos sería hurtado, todo aquello que, tras su pérdida, no pudo destruírnos, y bien que insistió con fuerzas sobrenaturales y buscó nuestra ruina con crueldad y empeño, acaba, tarde o temprano, convertido en alegría."

"Alegría"

 
                                    


 


                                               


 



 
 

    

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