miércoles, 9 de octubre de 2013

"INTEMPERIE" de Jesús Carrasco

Intemperie 

La primera vez que oí hablar de esta novela y de su autor fue en el programa 'Página 2' y de buenas a primeras no me llamó mucho la atención pero dicha entrevista no cayó en saco roto; había algo de la historia que me atría...quizás por su aparente sencillez a la vez que originalidad o quizás es el propio autor el que supo captar mi atención por su aspecto un tanto llamativo a través de esa cabeza rapada y un bigote al estilo húsar.
Lo que sí que es cierto es que enseguida comencé  a escuchar muy buenas críticas de la novela,la cual ya se había traducido a trece idiomas. Por tanto, no dudé en leerla en cuanto la tuve en mis manos (prestándomela mi querido lector de sinopsis).
Tras su lectura, no sólo quedé encantada sino que me pareció una novela digna de recomendar.
Hacía tiempo que no leía nada tan original, y no sólo por su argumento, sino por su riqueza léxica y su espléndido estilo. También es cierto que, por estas mismas causas, la novela ha sido duramente criticada pero yo me decanto por "el bien hacer" de Carrasco.
No es una novela muy extensa (221pág.) pero llega a ir más allá de ser una buena novela ya que podríamos encuadrarla dentro de la prosa poética. Este es uno de los varios factores que, a mi parecer, la han hecho ser una novela original y muy diferente a lo publicado últimamente. Además contribuye a ello su argumento, la riqueza del léxico (dotándola de un estilo muy marcado), el tratamiento de los personajes...pero de todo ello hablaré más adelante centrándome primero en su sinopsis: Acompañamos a un niño que ha salido huyendo de su pueblo perseguido por un alguacil y sus secuaces por un paisaje totalmente inhóspito en el que la sequía lo ha llegado a convertir en un paisaje incluso "terrorífico".
En su huída se topa con un cabrero, un señor mayor parco en palabras pero que logrará prestarle la ayuda que necesita. Juntos serán testigos de la pérdida de la moral que está asolando la humanidad.

En la historia llama poderosamente la atención el hecho de que no haya referencias espacio-temporales. No conocemos el lugar ni la época en la que se desarrollan los acontecimientos al igual que ocurre con los nombres de los personajes.
Con certeza tampoco sabemos por qué huye el niño ni por qué lo persiguen; si bien es cierto que podemos llegar a intuírlo.
Creo que lo que Carrasco ha pretendido hacer con ello es crear una historia atemporal y universal ya que, la falta de moral que ha caracterizado en  muchas ocasiones a la humanidad, ha dado pie a crear situaciones y encrucijadas como en la que se encuentra nuestro protagonista.
Como se nos apunta en la contraportada: " o sigue su camino o sucumbe a ejercer la violencia que él mismo ha mamado".

Ya el título lo dice todo sobre la novela. Como el mismo Carrasco apunta en dicha entrevista esta palabra podría resumir la historia. El niño queda  a la intemperie y totalmente desamparado hasta que se topa con el cabrero. Este término, además, encierra ese ambiente desolador e inhóspito llegando a convertirse en el gran protagonista de la historia.

Como ya he citado, esta novela también ha recibido duras críticas: por un lado, el hecho de que parezca que "no pasa nada", así como la falta de diálogo y el desconocimiento de datos, parecen producir un ritmo de lectura muy lento. Reconozco que al inicio de la lectura sí que note esa lentitud pero enseguida me  metí de lleno en la historia. En mi opinión, la escasez de diálogo, sobretodo por parte del cabrero, no resta dinamismo a la novela ya que la narrativa utilizada por el autor está llena de lirismo. Quizás, hoy en día, estamos más acostumbrados a novelas en las que se le da prioridad al diálogo (muchas veces excesivo).

Por otro lado, su estilo también ha sido motivo de críticas, en concreto por el caudal léxico que derrocha a lo largo de toda la novela, llega a ser incluso abrumador (acabamos hasta el moño de los aperos del burro...jeje). Bromas aparte, puedo llegar a entender estas opiniones pero, personalmente pienso que lo que ha conseguido con esto es aportar al libro un punto más de originalidad ya que, en el fondo no llega a enturbiar la lectura. La mayoría de términos utilizados pertenecen al mundo rutal y muchos ya están en desuso:"albardón", "albarda", "mandil", "aguaderas", "destrabarlo", "azuela"...vamos, toda una gama de aperos y utensilios del campo.
Hay gente que opina que esto es un alarde de pedantería por parte del propio autor y que incluso quita protagonismo a los personajes. Creo que, aunque resulta un tanto abrumador, lo único que consigue es enriquecer la novela. Digamos que no estamos acostumbrados a este tipo de lenguaje.

Con las descripcones ocurre lo mismo. A la hora de reflejar ese aplastante paisaje, lo hace con una gran maestría: "El territorio se ondulaba liviano en todas direcciones y allá donde mirara la visión rasa se deformaba por los efectos del calentamiento del suelo"
Llegamos a sentir la sed que sufre el niño:" Las horas pasaban lentas y aunque tenía hambre,no tocó la comida porque sabía que comer le daría más sed"
Nos muestra una época de terrible sequía pero también nos dice que no siempre ha sido así:"Hubo un tiempo en que el año era un mar de cereales.En los días ventosos de primavera, las espigas se revolvían igual que la superficie del océano. Olas verdes y fragantes a la espera del sol del verano. El mismo sol que ahora hacía fermentar la arcilla y la rompía hasta convertirla en polvo"

Carrasco también ha demostrado poseer una gran maestría a la hora de tratar a los personajes. Desaparecen los antropónimos, cosa que me ha parecido un acierto; así habla del niño, el cabreo, el alguacil... pero, por el contrario y a base de pinceladas y sin apenas darnos cuenta, logra retratarlos a la perfección.
Me centraré en ambos protagonistas: el niño y el cabrero. Éste último es el que más me ha gustado. A pesar de su parquedad de palabras y su aparente frialdad, destila una gran sabiduría rural y una gran bondad.
Aunque el narrador no nos especifica las circunstancias en las que se encuentra el niño, sí que nos da ciertas pistas de por qué huye. Incluso podemos imaginar qué va a ser de él al final de la historia.
De su familia sabemos que no abandona el pueblo a pesar de no poseer fortuna ni un pozo profundo del que sacar agua. "Se sometieron a las reglas nuevas de la tierra seca"
La relación entre el niño y el cabreo parece ser fría y distante, sobretodo por parte del segundo; pero nada más lejos. Vemos cómo entre ambos comienza a forjarse un cariño y una dependencia especial
"El niño se incorporó como un muelle y, sin mirar siquiera al pastor, abrazó su cuerpo enclenque[...]Era la primera vez que se encontraba tan cerca de alguien sin estar peleando[...].Lo que vino a continuación no fue vergüenza. Acaso una distancia más acorde con las leyes de esa tierra y de ese tiempo. La semilla, en todo caso, estaba echada".

Para ese niño el encuentro con el cabrero resulta vital, ya que huye de su casa a la desesperada, a pesar de era una idea que ya la llevaba rumiando en su cabeza.
Juntos, sufren situaciones de lo más desagradables y desesperadas, como cuando tienen que que matar una cabra y destriparla para poder comer. "Por el camino había tenído que pararse varias veces para coger intestinos que se le habían escurrido de los brazos".
O la dantesca situación final junto con sus perseguidores.


A través de ambos protagonistas ha quedado patente el tema fundamental de la novela: la falta de moralidad que no sólo se extiende por esas tierras sino en todo lugar y toda época. El mismo narrador explica que, el mundo que rodea a ese niño, el mundo de los adultos, está lleno de lujuria y avaricia y que incluso el propio niño "había ejercido la violencia tal y como había visto hacer siempre a quienes le rodeaban ya ahora, como ellos, exigía su parte de impunidad"
Hay una frase que recoge a la perfección lo que esa situación y esa intemperie provoca en el niño: "La intemperie le había llevado hasta el mismo borde de la muerte, y allí, en medio de un campo de terror,él había levantado la espada en vez de poner el cuello". Tengo que añadir que, a pesar de todo, al lector le queda un halo de esperanza.

Como ya había apuntado, los datos espacio-temporales también quedan en el aire. Me he imaginado en la España de la posguerra ya que introduce pistas como la utilización de un sidecar o el hecho de que en una estación abandonada haya todavía lámparas de gas. En cuanto al lugar, me he imaginado los lugares más inhóspitos de la Meseta o incluso La Bardena o los Monegros.



Su autor, Jesús Carrasco, vive en Sevilla a pesar de haber nacido en Badajoz (cuyo paisaje se adecúa mucho a la historia). Trabaja como redactor publicitario y, como él mismo apunta este trabajo le ha servido mucho a la hora de definir su estilo y ese poder de síntesis que le caracteriza.
A pesar de que Intemperie es su debut literario ha escrito otros relatos.
Aquí os dejo la entrevista de 'Página 2' con la que descubrí a este autor y en la que se le puede conocer un poquito más.

Concluyo diciendo que este libro ha supuesto para mí un gran descubrimiento aunque reconozco que no lo recomendaría a cualquiera. Es de esos que fascian o aborrecen.
La editorial Seix-Barral suele apostar por escritores más consagrados y si con este libro ha hecho una excepción será por algo.
Quisiera añadir también que, mientras lo leía pasaban por mi mente personajes de nuestra literatura más tradicional como Daniel, el mochuelo (protagonista de El camino) de Delibes e incluso el propio Lázaro de Tormes huyendo constantemente del hambre. El ambiente también me ha recordado a la novela Los santos inocentes también de Delibes. Pero a esta coctelera añadiría tintes del cine de Tarantino por las situaciones tan "surrealistas" en las que llegan a encontrarse junto a personajes tipo el tullido, dando como resultado: Intemperie ¿Quién da más?   Impresionante debut.

"Desde un agujero de arcilla escuchó el eco de las voces que lo llamaban y , como si de grillos se tratará, intentó ubicar a cada hombre dentro de los límites del olivar. Berreos como jaras calcinadas. Tumbado sobre un costado, su cuerpo en forma de teta se encajaba en el hoyo sin dejarle apenas espacio para moverse".